Adicto al porno duro y violador serial de mujeres sordas: así operaba el «depredador» de la imprenta

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Bajo estricta reserva se tramita la causa contra José Pablo Peñafiel Ossandón. Se le acusa de ser un «depredador sexual» que operó —según el Ministerio Público— por casi 13 años al interior de la comunidad sorda de Chile. Según logró averiguar BBCL Investiga, entre sus víctimas se cuentan menores de edad y una mujer que fue violada, grabada y subida a una plataforma online. Se trata de una indagatoria compleja, considerando que la mayoría de ellas solo se comunican mediante lenguaje de señas, lo que les complicó poder estampar las denuncias correspondientes o incluso revelar lo sucedido a sus familias.

Como un asiduo consumidor de cocaína y “porno duro”. Así describen —algunos de quienes lo conocen— al imputado José Pablo Peñafiel Ossandón. En contra suyo, pesan hoy cargos por al menos nueve delitos de violación a mujeres miembros de la comunidad sorda de Chile, a la que él también pertenece.

Detrás de la discapacidad auditiva parcial y de los naturales problemas para comunicarse que presenta, se esconde un “depredador sexual”. El mismo que —según la indagatoria que tramita bajo estricta reserva la Fiscalía de Género Metropolitana Oriente— perpetró ataques incluso cuando sus víctimas eran menores de edad.

Información recopilada por BBCL Investiga, apunta que el Ministerio Público comenzó a seguir de cerca los pasos de Peñafiel Ossandón tras la presentación de una querella criminal en noviembre de 2022. Quienes ingresaron el libelo corresponden precisamente a seis denunciantes de violación, a las que se sumaron nuevas víctimas en medio del proceso.

Aquella acción judicial interpuesta hace un año y tres meses, que hoy ve sus primeros frutos, no fue casualidad. En realidad, surgió en consecuencia directa de la muerte de Camila Villavicencio, una profesora de Lengua de Señas Chilena y reconocida activista por la comunidad sorda cuyo cadáver fue encontrado en el sillón de Peñafiel. Ambos se conocían desde el colegio.

La suspicacias que levantó su extraño —y todavía no esclarecido— deceso al interior de la casa de su excompañero de curso motivaron una “funa” en redes sociales contra el hombre. Así fue como comenzaron a ser recopilados distintos testimonios de antiguas víctimas suyas que hoy lo tienen en el banquillo de los acusados.

DEL CARRETE A LA IMPRENTA
De acuerdo a fuentes consultadas por este medio, Peñafiel Ossandón utilizó un modus operandi casi idéntico en la mayoría de los casos.

La dinámica iba así: el imputado se reunía con mujeres en fiestas de la comunidad sorda, donde —transcurrida la noche— se ofrecía a llevarlas de retorno a sus domicilios. Una vez ellas aceptaban, inventaba una excusa para “pasar a buscar algo” a una imprenta. Conocedores de la materia sostienen que no era casualidad: él tenía acceso a ese lugar a cualquier hora por tratarse de un negocio familiar.

Una vez allí, las agredía sexualmente.

Fuente: BioBio

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